SOY LO QUE VES

Soy lo que ves, lo que tengo, lo que doy.
Soy lo que digo, lo que pienso, lo que siento.
Soy todo lo que hago, lo que dejo y lo que llevo.
Soy todo lo que puedo, lo que me dejan, lo que no son los demás.
Soy mis palabras, mi aliento, mi desprolijo sentir tanto amor y tanto odio… todo al mismo tiempo.
Soy mis miedos, mis alegrías (aunque contadas), mis rencores, mis dolores, mis sonrisas escasas.
Soy mis caricias, mis escupidas, mis inocencias, mis puteadas y mis “te extraño”.
Soy más que un simple loco y menos que un pobre maniático.
Soy mis locuras, mis rarezas, mis perezas, mis proezas, mi entereza, mi violencia y mi ausencia.
Soy expresivo, explosivo, cansador, puntilloso, obsesivo, retraído, asesino y suicida.
Soy depresivo, amoroso, simple, contenedor, alentador, un mal ejemplo y el mejor en nada.
Soy miserable, egoísta, vacío y lleno de nada o demasiado (no lo tengo en claro).
Soy un perro herido, un muerto que camina, un ave que no vuela, un sol que no amanece.
Soy lo que puedo, lo que queda… el último orejón del tarro, la galleta húmeda, la leche cortada.
Soy… lo que ves (por ideal o patético que ésto sea).

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