nido de KuKaracha

La vida es una puta... una puta vieja. Una puta cansada. Puta solitaria. Puta y nada más. Siempre te estará observando con su mirada negra y ácida, pero nunca te dará lo que buscas. El amor no es más que una broma de mal gusto para ella. Mero humor negro... un poco de sarcasmo para refrescar su rostro arrugado de plegarias. No esperes nunca de ésta puta un beso de amor... una cobija de pasión... ella ya lo ha perdido todo en su afán por ser lo que nunca pudo. Algo que tus ojos vendados de desesperación no quieren ver y tu corazón enfermo de desesperanza no sabe negar. Tu alma hambrienta de sentido se alimenta de un Dios disuelto en promesas muertas sobre una vieja Biblia, mientras la puta hace su mejor actuación sobre las tablas de un mundo retorcido. Nunca te fíes de ésta puta... su máscara caerá y te sorprenderá con sus labios de muerte seca.

Con el corazón sangrando me pedías que no te dejara. Me rogabas porque no te quite la vida de éste modo tan cruel... me llorabas ríos de sangre y suplicabas piedad de lo que parecía ser una piedra... Todo moría en esa tarde. Todo se desmoronaba y se perdía al final del precipicio de la distancia y el abandono. Cada lagrima que caía de tu mirada era un puñal que se clavaba en mi moribunda alma de suicida, alma enferma de suicida. Nunca volví a sufrir semejante dolor como la vez que terminé lo nuestro. Nunca. Lo lamento; quisiera haber sido lo que mereces. Siempre te extrañaré.