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Mostrando las entradas de octubre, 2006

A UN COSTADO DEL RESTO

Me has contado de tus asfixias y anhelos, de tus quimeras y opresiones, de tus abortos y partos, de tus miedos y ensueños. Me has mostrado tus manos abiertas, tu alma, tu mente, tu sexo, tu piel y deseo. Me has rozado con tus miradas. Siempre bellas, siempre directas, asesinas, curadoras. Me has hecho reír con tus palabras, con tus ojos, con tus gestos y arranques, y hasta con tus manos que se resisten a ser violadas por el tiempo. Me has hecho desatar lo que hoy soy en tu cama cuando me entierro entre tus piernas, aunque digas que fue sólo una pequeña sugerencia que de tu boca se cayó. Me has construido y regalado muchos de los más perfectos recuerdos que hoy flotan en mis venas. Me has llenado de todo esto y más… y yo, en cambio, te di lo que hoy hace que estés ahí… leyendo y, tal vez, sonriendo frente a éstas palabras. No hay más que decir...

SUEÑO

A veces la mujer de tus sueños está a tu lado... aunque sea por un momento. Soñé otra vez con lo que tanto he soñado… Besabas mis ojos, mi cuello y mis labios, mientras notaba en tu mirada que estabas volando. Creías estar sola, pero yo estaba a tu lado. Soñé otra vez con lo que tanto he soñado… Recorría tu espalda que ya estaba vibrando. Y mientras entre tus piernas simulaba que ahí me perdía, escuchaba a lo lejos como lo demás se diluía. Soñé otra vez con lo que tanto he soñado... Estabas ahí dormida, y desnuda en mis brazos. Acariciaba tus cabellos mientras moría el tiempo, observaba tu cuerpo y olía su incienso. Soñé otra vez con lo que tanto he soñado… Tu perfume en mis manos se ha refugiado. Pero algo sucedió en éste tiempo que he fantaseado, y es que hoy estoy despierto y tú aún estás a mi lado.