Entradas

Mostrando las entradas de mayo, 2007

DER VAMPIR

Por hoy, la madrugada ha hecho nido en éstas tierras... Y mientras me deslizo por entre las sombras de tus sueños abandonados en el jardín, te observo a través del empañado y oscuro vidrio de tu habitación enlutada de soledad, mientras descansas sobre un cúmulo de desazones... Me diluyo por debajo de la ventana, mezclado con el agua de la tormenta que desesperadamente intenta violar tu impávida alma de inocente doncella. Sé de algún modo que esperas mi llegada, y que detrás de tu calma se esconde una fuerte necesidad de sentir tu ardiente sangre bañando mi sedienta lengua. Sabes que en mis manos traigo promesas de una eternidad a mi lado... sabes que es perpetuo nuestro amor, nuestras vidas, nuestra muerte. Sigiloso me acerco a tu lecho, dónde esperas silenciosa el momento en que mis labios desaten en tu boca una bandada de cuervos ansiosos por robarte un suspiro de éxtasis... he venido a tragar el amor que logre desangrar de tu cuello pálido y virgen. Lentamente me hundo en ti y disfr

DESESPERANZA

Disuelto en lo profundo de mi fantasía te encuentro encadenada a mis caprichosas lágrimas de remordimiento. Nunca encuentro el camino de salida de tus sensuales labios púrpura. Nunca puedo escapar de tus manos venenosas y las dejo continuar con su sucio trabajo de llevarme por la senda de tu amor hechicero. No soy yo quién terminó con todo esto… no soy yo quién te alejó. Sabe, fue el eterno carnicero; fue el tiempo que pasó por debajo de nuestros pies. Sigiloso y paciente, tranquilo como una araña a punto de atacar. El tiempo se lo robó todo, junto con nuestras sonrisas desteñidas de rutinario existir. Llueve tristeza en mi pecho… y mi corazón murió por la ausencia de tus latidos tibios y buenos, dulces y jóvenes. Te necesito de vuelta en mi cama, posando igual que en la foto que se dibuja en mis ojos llenos de soledad… a mi lado, acurrucada, como buscando volver a nacer en mis besos, llena de paz. Entiende, no soy yo quién habla… sino mi locura ebria de desesperanza.

MORIR EN TI

Sólo tengo lo que ves en mis manos… un corazón roto, dos esperanzas moribundas y la pequeña sombra de una sonrisa vieja. No quiero que me veas con miradas de perro. No acepto que devores mis palabras de amor sin un hambre real. No tolero pensar que tus besos lastiman aún más que tu adiós. No pretendo de ti una eternidad de alegrías. No concibo otra espalda en mi cama que no sea la tuya. No puedo soñar con otras manos recorriendo mi piel. No sé como vivir sin ti a mi lado… sin ti sobre mí. Debajo. Dentro y fuera de mí. Simplemente no puedo. No hago más que pensarte e imaginarte… no hago más que morir en tí.

MANIFIESTO

¡Por supuesto que soy un niño! Así me he soñado y así escribiré mis días. ¿Quién quiere dejar de soñar? Dejar de volar, aprender, jugar e imaginar cientos de historias interminables. Historias de amor y dolor. Historias dibujadas sobre un papel viejo y arrugado con mi nombre borroneado. No hay manera de que mis ideas sean las mismas que leíste en otros ojos. Jamás seré lo que aprendiste a tolerar, pues mis miradas son sinceras y escarbadoras. Sé perfectamente que te cuesta entender mis palabras arenosas… es sólo cuestión de que abras tu pecho y escucharás con el corazón, que es, a fin de cuentas, el único que sabe oír lo que el hombre necesita. Me he descubierto pensando en tu cabello abrazando mis dedos que se quieren adueñar de tus deseos. He fantaseado horas y días con tus labios, hasta verlos desdibujarse en la niebla del presente. No puedo, puesto que en realidad no quiero, evitar que cocines mi alma. Será bienvenido, si me entregas, a cambio, un lugar en tus recuerdos. Hoy verás