TEMBLORES
Siento mis raíces brotar por sobre la tierra... siento el soplo del mar regar mis ideas. Tengo en mis manos un sueño de cristal, escondido de los ojos que no saben qué mirar cuando no encuentran los colores que acostumbran dominar... y enfurecidos con los recuerdos que jamás pudieron engendrar, encarnan tristes marionetas de un pequeño teatro sin música ni luz, sin ese perfume de una historia que contar. Me detienen innegables límites, tristes líneas que dudo mucho en cruzar... pues los miedos que me observan desde el otro lado parecen fieras hambrientas de mi frágil realidad. Las opciones me aniquilan, me lastiman y me quitan el aliento... pero debo decidir quién ganará el premio, sobre la recta final. Miento con muecas sobreactuadas que no convencerían a quién realmente me observara, pero con eso me alcanza para engañar al pastor y su oveja malherida... con eso alcanza para escapar del murmullo de un mundo suicida, mientras espero que el sol salga a fundir esta amarga suciedad. Pero