DESCONOCIMIENTO Y CERTEZA
Nada sé de tus hábitos, de tus costumbres… no sé si cantas en la ducha, si te bañas cuando duerme la ciudad o cuando se asoma el sol por el horizonte, como un niño curioso espiando sobre la tangente. Nada sé de tus rituales para hacerte el café, si tomas la taza con ambas manos en invierno para calentar tus afables manos pequeñas como retoño o si lo prefieres frío cual estanque de campo en invierno.
Tampoco sé de tus tormentos o esperanzas. No sé si prefieres el mar o la montaña, el día o la noche… nada sé de ti, mas sí sé algo… y es que hace un tiempo ya que surges como estrella fugaz atravesando mi mente para robar algunos minutos de mi día ajetreado y veloz como tren descontrolado. Y es en esos minutos que todo se detiene… todo se calma… todo.
Tampoco sé de tus tormentos o esperanzas. No sé si prefieres el mar o la montaña, el día o la noche… nada sé de ti, mas sí sé algo… y es que hace un tiempo ya que surges como estrella fugaz atravesando mi mente para robar algunos minutos de mi día ajetreado y veloz como tren descontrolado. Y es en esos minutos que todo se detiene… todo se calma… todo.
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