NO, NUNCA

No sabía que tus manos eran tan hermosas... ni sabía que el tiempo nos haría esto.
No sabía que los días eran asesinos por naturaleza de todo lo que amaba ver en tus sonrojadas esperanzas.
Tampoco sabía que las palabras eran de papel y que el viento las rompería en millones de letras sin sentido...
Nunca sospeché que la lengua que ayer marcaba las horas, sería el látigo que me llevaría a una muerte dolorosa y fría.
Pero ya lo ves… aquí estoy tendido bajo tu ensangrentada espada de ausente amor.

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